En septiembre del 2024 decidimos arriesgarnos: imaginar una constructora que no solo levantara proyectos, sino también confianza, relaciones sólidas y un futuro compartido.
El valor de atreverse al cambio
Ese paso significó más que planos o permisos. Fue movernos de una ciudad que conocíamos bien, con sus rutinas y seguridades, hacia un nuevo estado, con todo lo que eso implica: comenzar desde cero, aprender costumbres distintas, abrirse camino en un entorno que no esperaba nuestra llegada. Dejar atrás lo conocido nunca es fácil, pero a veces, los cambios más radicales son los que marcan verdaderamente la diferencia.
Confiar en lo invisible
Toda construcción necesita cimientos, y los nuestros fueron la confianza. Al inicio éramos solo un pequeño grupo de personas que decidieron creer en la visión y en el potencial de este proyecto. No había certezas, pero sí la convicción de que juntos podíamos lograrlo. Esa unión fue el verdadero inicio de Ápice.
Un crecimiento que se siente
En apenas un año, el sector de la construcción en México ha mostrado un crecimiento sostenido. De acuerdo con el INEGI, la industria de la edificación aumentó más del 15% en 2024 respecto al año anterior, impulsada por el desarrollo industrial y la demanda de nuevos espacios productivos. Ese mismo dinamismo lo vivimos en carne propia: Ápice creció en proyectos, pero también en personas. Nuevas manos y nuevas mentes se han sumado a este camino, aportando talento y visión. Hoy somos más, y cada integrante del equipo le da un valor único a lo que estamos construyendo.
Lo que viene
Este primer año ha sido solo el inicio. Nuestro gran objetivo para el siguiente es claro: consolidarnos con más proyectos en el sector industrial, demostrando que la innovación, la calidad y la confianza son las bases con las que trabajamos. Cada contrato y cada obra son más que números: son la confirmación de que la decisión de arriesgarse valió la pena.
El punto más alto
En Ápice decimos que buscamos “el punto más alto de la construcción”. Y no es solo un slogan. Es un recordatorio de que no basta con levantar estructuras; se trata de elevarnos también como personas, como equipo y como comunidad.
Hoy celebramos un año de aprendizajes, retos y logros. Un año en el que la idea dejó de ser sueño para convertirse en realidad.
Y al mirar hacia adelante, sabemos que lo mejor aún está por construirse.
✨ Feliz primer aniversario, Ápice. – 2 de Septiembre